Estamos orgullosos de ello y con justa razón: aquí tenemos una fortaleza de 4,6 kilómetros de largo, las llanuras donde se decidió el destino del país, el hotel más fotografiado del mundo; así es, el majestuoso Château Frontenac... Ciudad amurallada pero no cerrada, Québec tiene el encanto de la vieja Europa situado en un entorno moderno.

Cómo llegar
Distancias de las ciudades principales
¿Sabías que?
A descubrir absolutamente
En la región de la ciudad de Québec, encontramos el alma de la Nueva Francia en el Viejo Québec. Su grandeza puede ser apreciada desde lo alto de la cascada Montmorency. Además, podemos disfrutar del esplendor de las estaciones en la isla de Orleans.
El Viejo Québec
Puedes descubrir el Viejo Québec mientras paseas por sus pequeñas calles empedradas. Es la única ciudad amurallada en el continente americano, al norte de México. Aunque es un barrio histórico, no está pasado de moda. Allí podrás hacer tus compras y tomarte una pausa para saciar tu apetito, ya sea entre la magia del invierno o en la musicalidad del verano.
Desde que llegas a la Place Royale, lugar donde se fundó la ciudad, puedes sentir sus influencias francesas, británicas, autóctonas y norteamericanas. Nos da la sensación de encontrarnos en pleno escenario de cine... y en realidad lo estamos, el Viejo Québec ha sido la inspiración de varios cineastas. Podemos ir de la ciudad baja a la ciudad alta subiendo la escalera Casse-Cou o elevados por el funicular que está unido a la terraza Dufferin, desde donde el Château Frontenac domina el río San Lorenzo. Nuestra trayectoria nos dirige a la Porte Saint-Louis, la Ciudadela, el Edificio del Parlamento... antes de disfrutar de un merecido descanso en los Plaines d’Abraham.
Con o sin filtro, el Château Frontenac es el hotel más fotografiado del mundo.
La Côte-de-Beaupré
Située entre Boischatel et Saint-Ferréol-les-Neiges, la Côte-de-Beaupré offre des activités pour tous les goûts. Partie prenante de la Route de la Nouvelle-France, elle regorge d’histoire. L’imposante basilique Sainte-Anne-de-Beaupré, vieille de plus de 350 ans, se raconte à travers une collection d’œuvres artistiques. La chute Montmorency, d’une hauteur de 83 mètres, fait 30 mètres de plus que les chutes du Niagara. C’est vraiment haut!
De l’histoire et du plein air entre fleuve et montagnes!
En hiver, on y fait du ski alpin, du ski de fond, du patin, de la raquette, du traîneau à chiens et bien plus encore. Pour se détendre, on visite les galeries d’art, on se prélasse dans un spa et on déguste en soirée un bon plat cuisiné par un chef chevronné. La nuit tombée, c’est bien emmitouflé dans une douillette confortable d’un gîte, d’un hôtel ou d’un chalet qu’on fait de beaux rêves.
El Hotel de Hielo
Único en su clase en América, el Hotel de Hielo consta de 2.300 bloques de hielo y 15.000 toneladas de nieve. Sí, ¡podríamos hacer muchos muñecos de nieve con eso! Incluso si no pasamos allí la noche, podemos visitar el gran salón, la capilla, los toboganes y algunas recámaras.
El Hotel de Hielo se encuentra a solo veinte minutos en auto del centro.
Cada una de las recámaras incluye impresionantes esculturas y una iluminación de colores. Cada invierno, una nueva temática inspira a los arquitectos a crear decoraciones espectaculares. ¡Y está claro que no podemos irnos sin tomarnos un cóctel boreal servido en una copa de hielo!